Esta semana se celebra en España la Semana de la lactancia materna con el objetivo de promover la lactancia natural. El club de la madres felices… y los padres también de Suavinex nos ha propuesto escribir un post para contar nuestra experiencia. Los post los unificarán y los publicarán todos en su blog durante la semana.
Os cuento mi experiencia.
Viví mi primer embarazo sin presiones… Todo es nuevo, te dejas llevar, aconsejar, guiar, te cuidas y lees más de la cuenta sobre el mundo de la maternidad (que nunca viene mal). Cuando me faltaban poco meses, mucha gente me preguntaba si había pensado darle pecho… Yo les contestaba que me gustaría, pero tampoco era un tema por el que quería obsesionarme. Si era posible, perfecto. Si por circunstancias no se podía, pues me adaptaría a la situación, con naturalidad.
Afortunadamente todo fue estupendo. Mi primer hijo nació muy grandote. Pesó 4.385grms. Era un bebé fuerte, muy sano, precioso. Cuando me subieron a la habitación, después de media hora de haber dado a luz, me lo puse en el pecho y se cogió fenomenal. Fue emocionante, pero pensé que todavía nos quedaba un camino laargooo por recorrer juntos.
Los días siguientes fueron muy bien. Gabriel se cogía muy bien, era buen lactante. Yo tenía dudas como cualquier mamá primeriza: ¿come lo suficiente?, ¿me sale leche?… Hasta que el día que me dieron el alta, la pediatra que estuvo allí me apretó y comprobé que efectivamente Gabriel tomaba calostro… Ya iba haciendo camino.
Dos días después, ya en casa, tuve la subida, con un poquito de fiebre.
Sinceramente, mi experiencia fue buenísima. No sentí dolor, ni estrías, ni nada por el estilo. Mi peque tomaba cada 2.30-3 horitas, y en cada visita al pediatra, aumentaba de peso.
Cuando me incorporé al trabajo, seguí dándole pecho. Me sacaba leche para que tomara cuando yo no estaba. Ahí fue un poco más complicado, porque a veces no salía suficiente, me tenía que sacar varias veces al día para poder llenar una botellita, y a veces me desesperaba un poco, pensando que no iba a tener suficiente para que el peque la tomara al día siguiente.
Le di el pecho hasta los 6 meses. Cuando empezó con la papilla de frutas y el pollito. Gabriel dejó de buscar mi pecho. Se acostumbró enseguida al sabor de la fruta y un poquito después al salado, y a día de hoy, sigue siendo un excelente comedor.
Con el bebé que espero para diciembre, me gustaría que ocurriera igual. Pero como comento, es algo que no me agobia. ¡Ya os contaré!
Espero que mi experiencia os haya sido de utilidad, y gracias a @madresfelices por esta iniciativa. Un besote. Muacs!