El colecho es una práctica habitual en algunos países desde hace muchos años. Hoy en día se asocia a la crianza de apego, que incluye esta práctica para obtener una crianza saludable y feliz.
Tiene sus pros y contras, pero en mi opinión, y respetando a todos los papás que lo hacen, yo no comparto esta práctica.
Hace poco leí un artículo que compartieron algunas bloggers en las redes sociales que reflexionaba sobre el orden de prioridades: ¿Dar siempre prioridad a las necesidades de tus hijos por encima de tu pareja o de ti misma? ¿Son nuestros hijos nuestra única razón de ser?
Sinceramente, ahora mismo no concibo nuestra vida sin mi hijo. Es pequeño y necesita de nosotros. Necesita que lo guiemos, le ayudemos, le marquemos normas, le hagamos reír, le consolemos… Pero yo opino, que somos una familia, pero también una pareja, y es por eso que mi hijo es importantísimo en nuestras vidas, pero mi marido también.
En realidad, creo que mi (nuestro) hijo, tiene que tener su parcela en nuestra vida. Nosotros y él, y juntos sumamos. Él tiene que tener su espacio, tiene que tener momentos para jugar solito, para andar a una distancia prudencial de nosotros, para subirse al tobogán mientras lo observamos, y que él sepa que estamos ahí hoy y siempre.
Cuando Gabriel nació, estaba en nuestra habitación, en su minicuna, cerca del lado de mi cama. Cuando se despertaba para la toma (la verdad es que no solía llorar), lo cogía, me lo ponía en el pecho, le ayudaba a expulsar los gasecitos, le cambiaba el pañal y lo volvía a dejar en su cunita (casi siempre ya dormido).
Desde recién nacido, Gabriel no ha sido un bebé que durmiera mucho durante el día, casi siempre estaba con los ojitos abiertos. Igual con media horita de sueño varias veces al día tenía suficiente. A dia de hoy le pasa igual. No es un niño que duerma siestas largas de 2 horas o así… Suele dormir siestas de 45 minutos o media hora por la mañana y después de comer.
Desde que nació, yo lo acunaba para dormir en mis brazos y una vez dormido lo dejaba en la minicuna. A los 2-3 meses empezó a dormir unas 4-5 horas seguidas, después dormía 6 horitas. Pero cuando nos acostábamos muchos días se despertaba, bien por el ruido el baño, bien por el ruido al moverte en la cama, bien por toser o estornudar. Teníamos que cogerlo y acunarlo para que se volviera a dormir y a veces le costaba más de la cuenta … Entonces a los 5 meses, Gabriel empezó a dormir en la cuna y en su propia habitación. Desde ese momento, empezó a dormir 10-12 horas seguidas. Se despertaba, se movía, pero él solito se volvía a dormir. El primer día que lo dejamos despierto en la cuna lloró. Fuimos varias veces a decirle que papá y mamá estaban con él. Lo acariciábamos y lo cogía para darle muchos besos. Nos volvíamos a ir y volvía a quejarse, pero cada vez menos… A los 2 días, dejó de llorar. Lo dejábamos despierto y poco a poco se iba durmiendo solito.
Lo que quiero decir es que en su cuna y en su habitación es cuando hemos notado que realmente descansa. En su espacio. Y nosotros también, porque nos acostamos cuando nosotros queremos (no cuando él quiere), porque lo vemos a gusto, haciendo sus horitas de sueño, descansando, y por las mañanas cuando lo llevamos a nuestra cama nos abraza, se tira encima de nosotros, feliz de haber pasado una buena noche (él y nosotros).
En mi opinión, tengo la sensación que compartir cama con un bebé o un niño para dormir, te hace estar alerta a sus movimientos y posiblemente no descanses lo mismo que junto a tu marido. Yo cuando el peque se mueve en la cuna en su habitación que está a unos metros de la nuestra, casi siempre me despierto… Es como un instinto que nos hace detectar que algo pasa y después comprobar que todo está bien.
Ahora que vamos a tener otro bebé, haremos lo mismo. Ojo, no por nosotros, sino por él.
Por favor, simplemente os cuento mi experiencia. Cada cual decide la mejor opción en sus vidas y todas y cada una de ellas son muy respetables. Nosotros sabíamos que muchas cosas cambiarían con un bebé, pero algunas no tenían porqué. Una de ellas era separarnos para dormir.
Simplemente espero que mi experiencia os haya servido. Y vosotros, ¿practicáis el colecho? ¿Os gustaría hacerlo? ¿Pensáis como yo que es mejor valorar otras opciones?
Gracias por estar ahí y leerme. Muacs!