Lo se, llevo varias semanas sin pasarme por aquí todo lo que me gustaría. Surgen cada día prioridades que necesito afrontar, y cuando tengo un ratito prefiero quedarme en el sofá observando como juegan mis hijos, como se miran entre ellos, leyéndoles un cuento, que ponerme delante del ordenador, y cuando ellos se acuestan, estoy tan cansada, que prefiero estirarme en el sofá con mi marido, hablar de nuestras cosas y descansar.
Ya casi termina 2015, un año con más luces que sombras, la realidad.
Mañana Nochevieja…La última noche del año, no me suele gustar. Un año que pasa, y otro por delante. Siempre me invade cierta melancolía y os confieso, algo de miedo. Miedo a que algo pase, y de repente, todo cambie y de un giro 360º en mi vida, nuestra vida. Porque un año pasa rápido, pero pasan tantas cosas, y muchas de ellas, por suerte o por desgracia, no las podemos controlar.
Pero bueno, hay que mirar hacia adelante, avanzar y sentir que todo lo bueno está por llegar y algo malo también habrá, pero con cariño y amor (que tengo y tendré), seguro que todo saldrá, y saldrá bien.
Volviendo atrás, este 2015 ha dejado patente en nuestra vida, que si puedes con un hijo, puedes con dos, que ser cuatro mola, y que tengo la mejor familia que podría tener.
Leo ha pasado de ser un bebé minúsculo a un niño de 1 año, con 8 dientes, que ya empieza a dar sus primeros pasitos, que baila, que dice mamá y papá, además de tatatata, que empieza a quejarse cuando su hermano le quita cosas de la mano, y cuando quiere algo, señala con su dedito diminuto.
Gabriel, ha pasado de ser un niño con pañal, que chapurreaba, a llevar calzoncillos de estrellas y cochecitos de Pocoyó, hablar por los codos, pronunciar casi perfecto en inglés, beber leche con «palito» (pajita), ir al cole por primera vez, tener su primer amigo (se llama Jose), vivir la Navidad a tope, y ponerse malito muchas muchas veces.
Yo he vuelto al trabajo tras mi baja de maternidad, con algunos cambios, nueva oficina, nuevos compañeros, nuevo horario y nuevos proyectos.
Necesito un poco de tiempo, para poner en orden mis ideas y volver al blog, con las pilas cargadas. Pero si queréis podéis seguir nuestras aventuras por Instagram (@elbotedelosdeseos).
Un beso y feliz 2016.